El escritor, editor, investigador e historiador guatemalteco Antonio Móbil, conocido afectuosamente como Tono Móbil, falleció a los 95 años, dejando un legado documental y cultural que reforzó la memoria histórica del país. A lo largo de su vida dedicó esfuerzos a rescatar, registrar y difundir episodios clave de la historia y el arte guatemaltecos, convirtiéndose en referencia para investigadores, estudiantes y lectores interesados en entender el pasado nacional.
Vida, formación y primeros pasos en la cultura
Nacido en la Ciudad de Guatemala, Móbil se formó en Ciencias Jurídicas y Sociales y complementó su educación con diplomados en Ciencias Políticas y en Diplomacia y Servicio Consular. Su trayectoria intelectual se forjó también en la participación estudiantil: integró la Asociación de Estudiantes Universitarios durante los convulsos años 50, período marcado por el derrocamiento del gobierno de Jacobo Árbenz.
En 1957 asumió la dirección del semanario El Estudiante —cargo que ocupó hasta 1959— y entre 1959 y 1962 fue director del mensuario Lanzas y Letras, proyecto cultural que impulsó junto a colegas como Roberto Díaz Castillo y Ariel Deleón. Estas labores evidencian su compromiso con la difusión cultural y la creación de espacios de reflexión crítica.
Obras y aportes a la historia y el arte
Antonio Móbil dejó una bibliografía de peso para quien quiera recorrer la historia y el desarrollo artístico de Guatemala:
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Guatemala, el lado oscuro de la historia (dos tomos): una obra ambiciosa que recorre desde los primeros pobladores hasta parte del periodo de Otto Pérez Molina, proponiendo una lectura crítica de episodios clave.
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Del realismo a la abstracción (Serviprensa): un estudio sobre la evolución de la pintura guatemalteca entre 1954 y 2014 que analiza la obra de figuras como Rodolfo Abularach, Roberto González Goyri, Rina Lazo, Efraín Recinos y movimientos pictóricos de Comalapa, Atitlán y Totonicapán.
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La década revolucionaria, historia del arte guatemalteco y Personajes históricos de Guatemala, entre otros trabajos que documentan identidades, procesos sociales y expresiones artísticas nacionales.
Su labor editorial y de investigación contribuyó a preservar testimonios, perspectivas y contextos que, de otro modo, podrían haberse perdido.
Legado
Móbil fue un puente entre generaciones: su curiosidad académica y su impulso editorial ayudaron a consolidar archivos, debates y narrativas sobre la Guatemala del siglo XX y comienzos del XXI. Su obra seguirá siendo consulta obligada para historiadores, críticos de arte y cualquier lector interesado en comprender la complejidad del país.
Con la partida de Antonio Móbil, Guatemala pierde a un incansable registrador de su historia y a un defensor de la cultura crítica. Su trabajo permanece —en libros, revistas y en la memoria colectiva— como invitación a seguir investigando, cuestionando y recordando. Para honrar su legado, una buena forma es volver a sus textos: abrir sus páginas es reencontrarse con fragmentos esenciales de nuestra historia cultural.