La actividad volcánica comenzó a intensificarse la noche del domingo 9 de marzo, lo que llevó a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) a emitir una alerta institucional anaranjada a las 23:00 horas. Apenas una hora después, se ordenó el cierre de la Ruta Nacional 14 (RN-14) como medida preventiva ante el riesgo de descensos de flujos piroclásticos.
A las 12:30 de la madrugada del lunes, se reportó la caída de estos flujos en las barrancas Las Lajas, El Jute, Seca y Ceniza, lo que obligó a las autoridades a tomar medidas drásticas. Como resultado, a las 03:10 de la madrugada, se inició la evacuación de aproximadamente 900 personas pertenecientes a 125 familias del caserío El Porvenir, en San Juan Alotenango.
Suspensión de Clases y Calidad del Aire
Dado el impacto de la erupción, el Ministerio de Educación (Mineduc) anunció la suspensión de clases en cuatro municipios de tres departamentos, incluyendo Alotenango (Sacatepéquez), San Pedro Yepocapa (Chimaltenango), así como Escuintla y Siquinalá (Escuintla). La medida busca resguardar la salud de la población estudiantil ante la presencia de ceniza en el ambiente.
Además, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) emitió una alerta por la «muy mala» calidad del aire en la Ciudad de Guatemala, indicando que el Índice de Calidad del Aire (ICA) se encontraba en niveles peligrosos según la metodología de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA). Las recomendaciones incluyen el uso de mascarillas, la reducción de actividades al aire libre y mantener cerradas las ventanas.
Estado Actual de la Erupción
Para el mediodía del lunes 10 de marzo, algunas familias comenzaron a regresar a sus hogares. Sin embargo, Conred enfatizó la importancia de mantenerse alerta, ya que la actividad eruptiva aún no ha cesado por completo. Según el último informe, la columna de ceniza alcanzaba hasta 4,800 metros sobre el nivel del mar y la presencia de ceniza suspendida continuaba sobre el flanco oeste y suroeste del volcán.
Las explosiones han disminuido en frecuencia, pero las autoridades mantienen la vigilancia constante ante la posibilidad de nuevas emisiones de material volcánico. La población debe mantenerse informada a través de los canales oficiales y seguir las recomendaciones de seguridad.
La erupción del Volcán de Fuego es un recordatorio del poder de la naturaleza y la importancia de la preparación ante desastres naturales. Gracias a la rápida acción de las autoridades, se logró evacuar a cientos de personas y mitigar los riesgos para la población. Sin embargo, es fundamental que la comunidad permanezca alerta y siga las indicaciones oficiales para evitar tragedias. La solidaridad y la información oportuna son clave para enfrentar este tipo de eventos naturales.