El diputado Julio Portillo, representante de Zacapa, está impulsando esta iniciativa con el objetivo de que los trabajadores puedan disfrutar de su jubilación en una etapa más temprana de sus vidas. Según Portillo, muchas personas fallecen sin haber gozado del beneficio por el que han trabajado durante décadas. «Imagínese, Dios no lo quiera, la persona se muere a los 45 años, se perdió la jubilación y nunca disfrutó de todo lo que pagó al IGSS», argumentó.
Para concretar esta propuesta, Portillo ha sostenido reuniones con representantes del IGSS, el Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin) y otros entes gubernamentales, con el fin de evaluar su viabilidad.
Los desafíos financieros y las posibles soluciones
Uno de los principales obstáculos para la implementación de esta medida es el financiamiento. Actualmente, el Estado tiene una deuda de Q74 mil millones con el IGSS, lo que dificulta la sostenibilidad de las pensiones a largo plazo.
Portillo sugiere que el financiamiento de las jubilaciones se estructure de manera similar al de las Clases Pasivas del Estado, donde parte de los fondos provienen del montepío y el resto de fondos públicos. «Hay que hacer números para apoyar al Seguro Social y que parte de las pensiones salga del Fondo Común del Estado», explicó.
Un debate necesario para el futuro de las pensiones
La propuesta de jubilación a los 45 años está en una fase inicial y debe atravesar un proceso de análisis en el Congreso antes de convertirse en ley. Mientras tanto, también se discute otra iniciativa para aumentar el monto mínimo de las pensiones del IGSS, lo que podría beneficiar a miles de jubilados.
En comparación con otros países de la región, Guatemala tiene una edad de jubilación similar a la de sus vecinos centroamericanos. Sin embargo, en países como Bolivia, los trabajadores pueden pensionarse desde los 50 años, lo que demuestra que hay precedentes de esquemas más flexibles en la región.
Si bien la propuesta de jubilación a los 45 años podría parecer atractiva para muchos trabajadores, su viabilidad financiera es un tema complejo. Con un sistema de pensiones ya bajo presión, el debate sobre esta iniciativa apenas comienza.
¿Será posible implementar este cambio sin comprometer la estabilidad económica del IGSS? El tiempo y las decisiones del Congreso lo dirán.