Enclavadas en la comunidad de Se’tzol y San José Chiyu, a solo tres kilómetros de San Fernando Chahal, en Alta Verapaz, se encuentran las enigmáticas Cuevas de Se’tzol. Este impresionante paraje natural es conocido por sus formaciones rocosas verticales, estalactitas y estalagmitas que cuelgan del techo, y aguas cristalinas de color verde-azul, que crean un entorno de belleza y misterio sin igual.
Las Cuevas de Se’tzol fueron descubiertas por los pobladores locales en 1932. Desde entonces, se han considerado de gran importancia arqueológica, debido a las ceremonias religiosas mayas que se llevaban a cabo en su interior. Aún hoy, se pueden encontrar vasijas y otros artefactos utilizados en estos rituales antiguos, lo que añade un valor histórico y cultural al sitio.
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Sobre las Cuevas
Para la cultura Q’eqchi’, las Cuevas de Se’tzol no son solo una maravilla natural, sino un lugar de profunda significación espiritual. Consideradas un santuario sagrado, estas cuevas son vistas como un portal al inframundo, donde los habitantes locales creen que pueden conectarse con los espíritus de sus antepasados. Esta conexión espiritual convierte a las cuevas en un sitio de peregrinación y adoración.
Las formaciones kársticas dentro de las Cuevas de Se’tzol son el resultado de la precipitación de minerales disueltos en el agua, creando relieves que pueden alcanzar hasta diez toneladas de espesor. El entorno es tan puro que las aguas vírgenes, nacidas entre las montañas, tienen un color verde-azul brillante, y el aire dentro de las cuevas tiene un característico olor a azufre mezclado con incienso.
El nombre Se’tzol, que en español significa “en fila”, se debe a la disposición de tres majestuosas montañas alineadas, dentro de las cuales se encuentran las cuevas. El río Chiyú atraviesa estas montañas, añadiendo un toque especial al paisaje subterráneo.
Una Experiencia Única para los Visitantes
Visitar las Cuevas de Se’tzol es una experiencia que requiere una buena condición física y la compañía de un guía comunitario. La travesía hasta las cuevas dura aproximadamente dos horas y atraviesa caminos sinuosos rodeados de una densa reserva natural. Solo cinco de las más de veinte cuevas están abiertas al público, ya que se encuentran en una propiedad privada.
Una vez dentro, los visitantes pueden disfrutar de la impresionante fauna y flora, así como de las formaciones rocosas únicas. La humedad y la oscuridad del ambiente subterráneo se combinan con los rayos del sol que ocasionalmente penetran, creando un escenario místico y fascinante.
Para quienes planean explorar las Cuevas de Se’tzol, se recomienda llevar ropa y calzado cómodo, bloqueador solar, toallitas limpiadoras, sombrero, repelente de insectos y un traje de baño, ya que es posible refrescarse en las aguas del río. La compañía de un guía es esencial para disfrutar de una experiencia segura y enriquecedora, conectándose con la espiritualidad y la historia del lugar.