Desde finales de septiembre, la isla de Flores, ubicada en Petén, ha enfrentado una de las inundaciones más significativas en años recientes. El aumento del nivel del Lago Petén Itzá, que ha superado los 3.75 metros por encima de su promedio habitual, ha transformado el paisaje de este emblemático lugar, afectando tanto la vida de los residentes como la actividad turística que es vital para la economía local.
Fotografías y videos que circulan en redes sociales, muchas de ellas captadas por el periodista César Solar, muestran cómo el agua ha invadido calles, establecimientos y hogares. Lo que antes eran espacios transitables a pie ahora requiere balsas, kayaks o improvisados medios de transporte acuático. Este fenómeno no es desconocido para los habitantes de la isla, pero resaltan que hacía años no experimentaban una inundación de tal magnitud.
Los negocios locales y los espacios turísticos emblemáticos no han quedado exentos del impacto. Muchos comerciantes enfrentan pérdidas económicas, mientras que los visitantes, que solían recorrer las calles y disfrutar de la vista al lago, ahora encuentran una isla transformada, reflejando un panorama de luces nocturnas sobre el agua que contrasta con las dificultades diurnas.
Habitantes y turistas coinciden en que el turismo, uno de los pilares económicos de la isla, ha sido uno de los sectores más golpeados. La falta de acceso a las áreas más transitadas ha reducido la llegada de visitantes, lo que genera preocupación sobre la recuperación económica a largo plazo.
A pesar de las adversidades, los residentes de Flores han demostrado una notable resiliencia, adaptándose con creatividad a su nueva realidad. Mientras algunos improvisan soluciones para desplazarse, otros trabajan en proteger sus propiedades o en garantizar que sus negocios sigan funcionando en la medida de lo posible.
Este fenómeno resalta el impacto del clima extremo en comunidades vulnerables, recordando que los efectos de las tormentas, como Nadine en este caso, pueden tener consecuencias más profundas y duraderas. Aunque la isla sigue mostrando su inigualable belleza, la comunidad espera soluciones que mitiguen los daños actuales y prevengan futuras crisis.
La isla de Flores, aún en medio de esta adversidad, sigue siendo un lugar cautivador, un testimonio de la fortaleza de su gente y de la necesidad urgente de proteger tanto sus recursos naturales como su patrimonio cultural.
@cesarsolergt Mientras tanto el turismo nacional e internacional aumenta en la Isla de Flores, Petén, que registra inundaciones por la creciente cíclica del Petén Itzá.
@cesarsolergt #Exclusivo Vecinos de la Isla de Flores hablan de la creciente del lago #Petén Itzá.
