El 9 de mayo de 1905 marcó un hito en la vida de Anna Jarvis. Ese día, su madre, Ann Reeves Jarvis, una destacada activista social estadounidense, partió de este mundo dejando un legado imborrable. Ann Reeves Jarvis, a mediados del siglo XIX, había liderado grupos de mujeres dedicados al cuidado de los soldados heridos durante la Guerra Civil de los Estados Unidos. Pero su visión trascendía las batallas; anhelaba un día en el que las madres fueran honradas por su inigualable servicio a la humanidad en todas las facetas de la vida.

«Espero y rezo para que alguien, algún día, establezca un día en memoria de las madres, para celebrar el servicio incomparable que prestan a la humanidad en todas las áreas de la vida», compartió Reeves Jarvis con su hija Anna. Aunque Anna nunca tuvo descendencia propia, deseaba profundamente cumplir el deseo de su madre, y dos años después de su partida, se comprometió a hacerlo realidad.
Decidida a seguir los pasos de su madre, Anna emprendió una ardua lucha para oficializar el «Día de las Madres». Sin embargo, el camino hacia este reconocimiento no fue sencillo. Muchos no tomaban en serio su petición de establecer un día festivo dedicado a las madres. Pero Anna no se dejó amilanar por la falta de apoyo.
Su determinación la llevó a escribir cartas a celebridades y autoridades estadounidenses, buscando respaldo para su causa. En 1911, los incansables esfuerzos de Jarvis comenzaron a dar frutos; varios estados de la nación reconocieron la festividad que ella abanderaba.
Finalmente, en 1914, tras tres años de persistencia, el segundo domingo de mayo se oficializó como el «Día de la Madre» en Estados Unidos. Era un triunfo para Anna Jarvis y un tributo a la visión altruista de su madre.

Sin embargo, con el paso de los años, Anna empezó a notar un cambio preocupante en la celebración. Lo que una vez fue un día para honrar y reconocer el sacrificio y amor de las madres, se estaba convirtiendo en un escaparate comercial. La esencia misma de la celebración se estaba desvaneciendo bajo la sombra del consumismo desenfrenado.
Jarvis se percató de que el sentido original del día se estaba diluyendo en un mar de regalos y ventas. La activista, que había luchado tanto por esta fecha, se vio obligada a emprender una nueva batalla: la lucha contra la comercialización del Día de la Madre.
En 1948, Anna Jarvis falleció a los 84 años, dejando tras de sí un legado de lucha y determinación. Aunque no logró preservar la esencia pura del Día de la Madre, su valiente resistencia contra la comercialización de la festividad sigue siendo un recordatorio poderoso de la importancia de honrar el amor y sacrificio maternal, más allá de las etiquetas comerciales.
Fuente: https://elcomercio.pe/mundo/actualidad/dia-de-la-madre-anna-jarvis-la-mujer-que-invento-el-dia-de-la-madre-y-se-arrepintio-historia-del-dia-de-la-madre-estados-unidos-mamas-madres-14-de-mayo-peru-narracion-historias-ec-noticia/?ref=ecr