1. Preparación de los Moldes y los Ingredientes:
Para asegurar que el soufflé suba sin problemas y no se pegue, unta los moldes individuales con mantequilla y espolvorea una capa ligera de harina. Después, escúrre bien el pimiento asado y tritúralo hasta obtener un puré suave. Ralla el queso cheddar, separa las yemas de las claras de huevo y reserva cada ingrediente.
2. Preparar la Base del Soufflé:
Derrite la mantequilla en una sartén amplia y añade la harina. Cocina durante dos minutos, removiendo constantemente para tostar ligeramente la harina. Esto evita que la mezcla tenga sabor a crudo. Después, vierte toda la leche de golpe y añade una pizca de pimienta blanca, nuez moscada y sal al gusto. Continúa removiendo la mezcla con unas varillas mientras se cuece durante unos diez minutos, hasta que espese.
3. Incorporar el Pimiento y las Yemas de Huevo:
Agrega el puré de pimiento y mezcla bien para integrarlo. Retira la sartén del fuego y deja enfriar ligeramente antes de añadir las yemas, para evitar que se cocinen al contacto con la mezcla caliente. Remueve hasta que todo esté bien mezclado y homogéneo.
4. Batir las Claras a Punto de Nieve:
En un bol grande y limpio, bate las claras hasta alcanzar el punto de nieve, de forma que al volcar el recipiente las claras permanezcan firmes. Este paso es clave para darle al soufflé su textura aireada y ligera.
5. Incorporación de las Claras a la Mezcla:
Añade las claras en tres partes a la mezcla de queso y pimientos, usando movimientos envolventes con una espátula. Este proceso debe hacerse con suavidad para no perder el aire de las claras y mantener la textura ligera del soufflé.
6. Horneado:
Rellena los moldes casi hasta el borde con la mezcla. Para que el soufflé suba de manera uniforme, pasa la punta de un cuchillo romo por el interior del borde del molde, lo que ayuda a evitar que se pegue. Coloca los moldes en la parte baja del horno, precalentado a 200°C, y hornea durante 25 minutos o hasta que los soufflés estén dorados y elevados.
7. Servir Inmediatamente:
El soufflé debe servirse tan pronto como sale del horno, ya que la textura esponjosa empieza a bajar al enfriarse. Acompáñalo con una copa de cava o un vino blanco fresco para realzar sus sabores y disfrutarlo en su máximo esplendor.
Este soufflé de queso y pimientos es un platillo que no solo aporta un toque de elegancia a la mesa, sino que también llena de sabor y nutrientes. Con un poco de paciencia y práctica, lograrás una receta espectacular que tus invitados recordarán. ¡Anímate a probarlo esta Navidad!